¿Qué es la disbiosis intestinal y por qué debería importarnos?

La disbiosis intestinal se define como una alteración o desbalance en la composición natural de la microbiota intestinal de un organismo. Esta alteración puede deberse a cambios en cantidad, composición, funcionamiento o distribución, cuando los organismos que habitan una zona se establecen en otra.

Nuestra microbiota está formada por más de 7000 cepas de 800 especies diferentes. Los microorganismos que la conforman lo hacen en diferentes tejidos, y en todos ellos pueden presentarse estos desbalances, sin embargo, la disbiosis intestinal es la que ha sido más reportada y estudiada.

¿Qué enfermedades se asocian a la disbiosis?

La evidencia experimental muestra que tiene implicaciones la obesidad, el metabolismo de los carbohidratos, el sistema inmune, la síntesis de aminoácidos y vitaminas, las enfermedades inflamatorias del sistema digestivo e incluso el desarrollo de malignidad en ciertos tejidos.

Uno de los artículos científicos que abrió el camino para comprender la importancia de la microbiota en la salud fue publicado en Nature el año 2006. En él se observa que animales sin microbiota desarrollan obesidad tras ser colonizados por una combinación de bacterias asociadas a esta condición. Es decir, que la obesidad, tal como otras enfermedades, tiene un componente microbiano.

Síntomas de la disbiosis intestinal

Las alteraciones en la actividad gastrointestinal pueden ser un indicador de que el equilibrio de la microbiota intestinal está alterado. También los problemas para digerir ciertos alimentos.

Según el Dr. Francisco Chávez, la disbiosis no necesariamente causará una enfermedad, pero sí podría influir en el progreso de una: en este escenario, bacterias inocuas para alguien con microbiota sana pueden propiciar el desarrollo de malignidad cuando el equilibrio está perturbado.

¿Cuáles son las causas de la disbiosis intestinal?

Existe una diversidad de eventos que pueden causar un desbalance en la microbiota del tracto gastrointestinal, entre ellas están:

  • Cambios en la composición de la dieta, especialmente en el tipo y cantidad de azúcares que se consumen
  • Consumo frecuente de bebidas alcohólicas
  • Tratamientos con antibióticos que afectan la flora intestinal
  • Descuidos en la salud dental, que permite el crecimiento descontrolado de bacterias en la cavidad oral
  • Ansiedad o estrés prolongados que pueden debilitar el funcionamiento del sistema inmune

¿Cómo tratar la disbiosis intestinal causada por la dieta?

Para tratar esta condición, primero es necesario encontrar sus causas. La primera recomendación es consultar con un doctor: ninguna nota reemplaza el consejo médico 😉

Ahora, si tu dieta es lo que causa la disbiosis, hay algunos alimentos que pueden ayudarte a mantener un balance en tu flora intestinal.

Diversidad de verduras y frutas, importante para evitar la disbiosis intestinal.
Foto por Brooke Lark en Unsplash

Carbohidratos accesibles a la microbiota (MACs)

Los carbohidratos constituyen la principal fuente de energía en la dieta que la mayoría de las personas llevan hoy. Los MACs son un grupo de carbohidratos de distintos tipos, cuya característica principal es que nuestro cuerpo no es capaz de digerirlos. Algunos alimentos ricos en estos nutrientes son: algas, plátanos, espárragos, ajo, cebolla, higo, semillas, arándanos y manzanas.

Al no ser digeribles, pueden llegar intactos al intestino grueso, donde la microbiota accede a ellos y los fermenta, nutriéndose de ellos y produciendo distintas sustancias muy beneficiosas para la salud de la flora intestinal, como los SCFA.

Ácidos grasos de cadena corta (SCFA)

Derivados de la fermentación de los MAC, los SCFA son la principal fuente de energía de las células del colon. Son cruciales para la salud gastrointestinal, y se especula que juegan un rol en la regulación neuro-inmuno-endocrina.

La principal fuente de SCFA es la fermentación de fibras y almidón resistente, como los que mencionamos arriba. Por esto, la mejor forma de producir estos nutrientes es consumir una dieta alta en fibra y rica en alimentos vegetales, como granos, frutas, verduras y legumbres. También puedes aumentar la cantidad de almidón resistente en tus papas/fideos/arroz cocinándolos y dejándolos enfriar hasta el día siguiente.

Alimentos probióticos

Mientras que los alimentos anteriores caben en la categoría de prebióticos, pues promueven el crecimiento de microorganismos, los alimentos probióticos contienen una grandísima diversidad de especies y cepas beneficiosas para la salud y el equilibrio de la flora intestinal.

El consejo final, entonces, es consumir carbohidratos de buena calidad combinados con alimentos probióticos, como el kéfir de leche, la kombucha o el chucrut. De esta manera estarás creando el entorno perfecto para desarrollar una mayor diversidad microbiana y evitar la disbiosis.

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